Hugo Edilberto Ramos Quintero

La policromía de tus calles
Desiertas, Jugaba silenciosa
Sobre el tapiz de piedra
que guarda entre sus moléculas
las pisadas de una historia
escrita con la arcilla de tus entrañas
y el ingenio callado de tus artesanos,
ahora, dormidos bajo el silencio
de tus dinteles mágicos.

Siempre quise dormirme
Entre la placidez de tus casitas viejas
Encantadas con la ternura
De tus moradores
Buenos como el aliento fragante
De tus jardines
Y el laborioso encanto de tus mujeres.

El agreste paisaje
Circundó con la brisa de tus montañas
Mi sueño, mi descanso
Y cercó con el trino infinito
De tu fauna silvestre
El saludo del sol a través del cristal
De una ventana enamorada
Del nuevo amanecer,
Con el aroma delicada
De un café humeante,
Envuelto en el fraterno aliento
De tu gente laboriosa y amable.